Historia

La Empresa Universitaria de Semillas Forrajeras Sociedad Anónima Mixta (SEFO - SAM) tiene su base de funcionamiento en el fundo universitario “La Violeta”, en Tiquipaya, Cochabamba. Nació de la expresión legítima de los estudiantes de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), poniéndose en marcha en los años 1969 a 1971, con el propósito de producir semillas forrajeras para el autoabastecimiento nacional.

El año 1972, la UMSS y COTESU materializaron la idea, creando conjuntamente una sección de investigación y producción de semilla, cuya área de trabajo se localizó en “La Violeta”, donde se comenzó a producir unas 20 t se semilla de avena, maíz y alfalfa.

Han transcurrido más de cincuenta años y de una iniciativa de estudiantes, se pasó a crear SEFO-SAM, con una visión de futuro, siendo hoy una de las empresas más importantes del país en el rubro, que además de exportar semillas, contribuye a que los productores del país confíen sus productos a una empresa universitaria que trabaja en beneficio de la seguridad alimentaria.

Pero, además de la iniciativa de los entonces estudiantes, el aporte de la Universidad Mayor de San Simón y de la Cooperación Técnica Suiza (COTESU), permitió que la empresa se constituya en una institución competitiva, tanto en el mercado nacional como internacional.

La experiencia empresarial entra en vigencia a partir del marzo del año 1977, con una estructura jurídica de una empresa universitaria productora de semillas forrajeras.

Logra su Personería Jurídica como Sociedad Anónima Mixta el 13 de marzo de 1986, mediante Decreto Supremo Nº 11189, cuyos socios actuales son la UMSS (51%) y los Productores de semilla (49%) y se rige bajo normas legales vigentes en el país, siendo autónoma en los aspectos administrativos y financieros.

Planta 1977
Planta 1977
Planta 1977

Semblanza de la vida y obra de Daniel Blanc

Daniel Blanc nació en la lejana Suiza, en el seno de una familia de origen rural. Fruto de este origen, desde su infancia, trabajo la tierra con el fervor propio del hombre de campo, carácter que marco su fructífera vida, gran parte de ella ligada enteramente a Bolivia a través de lo que fue COTESU y ahora COSUDE (Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación).

Su llegada a Bolivia. El año 1969, a tiempo de concluir sus estudios en agronomía en sus país natal, y debido a la demanda de ayuda de cooperación técnica de Perú y Bolivia, quiso el destino traerlo a estas tierras alto andinas junto a dos compañeros a través de COTESU. Llego a La Paz con un hato de ganado vacuno lechero mejorado, herramientas agrícolas, unas bolsas de semillas forrajeras y un vasto bagaje de ideas, iniciativas y emprendimientos propios del ímpetu juvenil, la disciplina suiza y la visión amplia de un horizonte abierto a los emprendimientos de voluntades puestas en un solo ideal, la mejora del nivel de vida de la gente de campo.

Su labor y logros. El año de su llegada se trasladó a Cochabamba, para trabajar junto con la Facultad de Ciencias Agrícolas y Pecuarias de la UMSS, institución que lo cobijó y respaldó. Fue así que gracias a una notable capacidad de visión y pragmatismo y con el decidido apoyo de estudiantes, se generó y consolidó un proyecto de investigación en cultivos forrajeros, financiado por COTESU y la UMSS. Esta pequeña pero firme luz inicial, dio lugar pocos años después, a la Empresa Universitaria de Semillas Forrajeras SEFO y al Centro de Investigación en Forrajes CIF La Violeta, instituciones de referencia en aspectos académicos, tecnológicos y productivos para la actvidad agropecuaria en el país.

Su legado para Bolivia. Con tanteos, equivocaciones, frustraciones, pero sobre todo con el trabajo como premisa y testimonio de vida, Daniel junto con sus compañeros fueron los que abrieron el camino a una Cooperación Suiza que ahora es más vasta y ambiciosa que en sus orígenes; de seguro lo que se hace hoy no habría sido posible sin este aporte pionero.

Tanta fue su identificación con Bolivia,que en vida y conocedor de su destino final, pidió ser enterrado en San Juan del Oro, Tarija, al lado de gente de campo que sabe convivir en plena identidad que Daniel Blanc reflejó a lo largo de sus días, gracias a una frutífera y rica existencia.

Daniel Blanc
Dniel Blanc
Dniel Blanc